miércoles, 19 de octubre de 2011

Comunicación y Diálogo


La familia es la primera escuela donde aprendemos cómo comunicarnos. La forma como aprendemos a comunicarnos en nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicamos con los demás.

 La comunicación padres e hijos es la manera mas importante de conocer como padres lo que nuestro hijo siente y nosotros como hijos saber si nuestros padres tienen en común o aceptan mis ideas.

La falta de comunicación en las familias es un problema que muchos no consideran importante, pero es mucho más que eso.
Todos lo miembros que integramos la familia tenemos necesidades.

Al comunicarnos con alguien de nuestra familia le decimos con confianza nuestros problemas, temores, angustias, sentimientos  y nos pueden aconsejar de lo que está bien o diciéndonos su punto de vista que es algo muy importante, porque es otra forma de pensar en la cual la tomas en cuenta.

¿Por qué existe la falta de comunicación en las familias?

En nuestros hogares existen varios distractores que interrumpen las conversaciones o el tiempo familiar, tales como la televisión, computadora, teléfono o música.
La televisión es un distractor que muchas veces sin darnos cuenta pasamos todo el día juntos como familia viéndola  que hasta lo hacemos de rutina poniendo horarios para cada miembro de la familia.
La computadora nos está llevando a suplir la comunicación ya que es más fácil mandar algún correo a un miembro de mi familia que hablar entre sí.


Consecuencias de la falta de comunicación:

Entre esposos, la falta de comunicación enfría la relación. Hace que ambos cónyuges se vuelvan egoístas y se olviden de las necesidades de su pareja. Les hace pensar que no son importantes para su cónyuge y poco a poco, los va alejando hasta volverse indiferentes.
Entre padres e hijos,  la  falta de comunicación  destruye la autoestima en los hijos provocándolos ir a buscar aceptación en ambientes inapropiados para ellos.
Consejos prácticos para mejorar la comunicación:
  • Valore a cada integrante de la familia y dedíquele el tiempo necesario.
  • Aprenda a escuchar, no interrumpa, ponga atención e interés en lo que le platican.
  • No deje pasar un día sin platicar con su esposa las necesidades y problemas que se suscitaron en el día.
  • Esté disponible para sus hijos y esposo.
  • Controle su tono de voz, no grite ni se precipite, hable con paciencia. Sus hijos seguirán su ejemplo. Muéstreles que lo mejor es hablar, no la violencia.
  • Demuestre empatía, como si los problemas que escucha fueran propios.
  • Sea humilde y platique sus problemas.
  • Estreche lazos con los amigos de sus hijos.
  • Fomente la unidad familiar: de preferencia comer juntos a cierta hora todos los días, un paseo familiar por semana. Juegue con sus hijos, cene a solas con su cónyuge.

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